La innovación como “apetito por lo desconocido”
Artículo publicado en el diario El País.
«Hay que sacar la innovación del lenguaje de los especialistas», ha dicho esta mañana José Manuel Leceta en el Parc Científic de la Universitat de València, donde el director del European Institute of Innovation and Technology (EIIT) era la estrella invitada del acto de celebración de su quinto aniversario, en el Auditorio Marie Curie del parque. En consecuencia, Leceta usó un lenguaje asequible e incluso ameno para referirse a algo de lo que se habla mucho pero, por lo que dice este ingeniero español, se teoriza poco: «No hay una teoría de la innovación», se lamentó y por ello la abordó el asunto con maniobras de aproximación.
Para innovar «tiene que haber un apetito por lo desconocido», dijo, y también «por el riesgo». Y es ahí, precisamente, en esa búsqueda más o menos intrépida, «donde los investigadores y los empresarios se encuentran». Este ingeniero de telecomunicaciones con altas responsabilidades europeas ha centrado su ponencia en el triángulo Innovación-Empresas-Universidades y ha subrayado que la gran novedad es introducir la educación superior en el polígono. Ha abogado por insuflar desde la universidad el espíritu emprendedor. «Nos faltaba la educación superior para generar un cambio de mentalidad», ha puntualizado.
También ha dicho que “innovar es apostar por las personas” y que, «como la vida en general, el emprendimiento y la innovación son un viaje que depende del contacto entre las personas; precisamente por eso es necesario crear ecosistemas que facilitan este contexto idóneo”, ha añadido, utilizando un argumento que había hecho suyo el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, en una intervención anterior.
Un parque investigador y empresarial
J. M. J.
El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, subrayó que el Parc Científic de la Universitat de València «es investigador pero también empresarial». Acompañado por la consejera de Educación, María José Catalá; el de Sanidad, Manuel Llombart; la alcaldesa de Paterna, Elena Martínez; y el director del Parc Científic, Juan A. Raga, Esteban Morcillo ha presidido el acto del quinto aniversario y ha proporcionado algunos de los datos claves de este ecosistema de innovación.
Situado sobre un terreno de 200.000 metros cuadrados al lado del campus de Burjassot-Paterna, alberga diferentes institutos de investigación de excelencia, algunos centros singulares y un área empresarial en constante expansión y con altos niveles de empleo. En la actualidad, cerca de 90 empresas están ubicadas en el Parc. La Biotecnología y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la Energía y el Medio Ambiente, la Nanotecnología, los Materiales y los Servicios Avanzados están presentes en el área empresarial de un enclave que genera ocupación directa a 1.500 personas, mayoritariamente titulados superiores, aunque también en Formación Profesional.
El Parc Científic es uno de esos ecosistemas, que además, ha crecido justamente en los años de la crisis, ha hecho valer el rector, hasta el punto de estar «en proceso de ampliación», ha recordado. En ese ecosistema se han hecho mayores algunas empresas, que obtuvieron distinciones en el acto social del aniversario. Una de ellas es Biópolis, que representa un bonito ejemplo de lo dicho por el director del EIIT. Por un lado, han pasado de ser 25 personas, en un principio, a 49 actualmente, explicaba el director general de la empresa, Daniel Ramón.
Por otro, han recorrido el camino que va de la educación superior a la producción. «Empezamos con un fragmentador de cinco litros y un liofilizador, ofreciendo solo servicios de I+D y ya hemos entrado en producción, de manera que hemos cerrado el círculo del modelo que queríamos», explicaba este biólogo que ha hecho justamente el recorrido que dibujaba Leceta, desde su cátedra de Tecnología de los Alimentos de la Universitat de València a la dirección de esta empresa puntera en biotecnología que factura ya 5 millones de euros anuales.
«El siguiente paso es la internacionalización», prosigue Ramón, apuntando a Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá como mercados de expansión para su producción. «Lo que he crecido profesionalmente no lo hubiera conseguido en la Academia», confiesa este profesor e investigador convertido en empresario, que fue director del IATA (Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Almentos) y que disfruta viendo cómo lo que ha «desarrollado en el laboratorio se puede ver ya en las estanterías comerciales». Y es que detrás de una popular leche para celíacos está, por ejemplo, la investigación y la tecnología de Biópolis.
«Como empresario, sigo defiendiendo que se invierta en investigación pública», afirma rotundo Daniel Ramón. Desde el estrado del Auditorio Marie Curie, José Manuel Leceta hablaba de Europa y decía que el problema de la distancia que llevan a Europa países como Corea del Sur, Estados Unidos Unidos o China en el crecimiento immovador «no es la financiación pública [mayor en Europa que en Estados Unidos si exceptuamos la industria armamentística] sino el diseño de políticas de I+D+i».
Leceta recomendó un libro que, a su juicio, marca un antes y un despues, titulado Lo stato innovatore, escrito por Mariana Mazzucato y de próxima publicación en castellano. «El estado puede y debe innovar», ha sido el último reto planteado en su intervención. Antes del director del EIIT había intervenido Ramón Arjona, economista jefe de la Direcció General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea.